La rivalidad entre los Yankees de Nueva York y los Dodgers de Los Ángeles ha tenido un nuevo capítulo emocionante en la Serie Mundial, y uno de los enfrentamientos más anticipados fue el de Nestor Cortes contra Freddie Freeman. Después de que Freeman conectara un grand slam en el primer juego para dejar a los Yankees en el terreno, todos los ojos estaban puestos en esta segunda oportunidad de Cortes para tomar revancha y demostrar que podía manejar a uno de los bateadores más peligrosos de la liga.
El duelo comenzó con un primer lanzamiento que resultó ser una bola mala. Nestor Cortes, conocido por su habilidad para mezclar diferentes tipos de lanzamientos, buscaba establecer su recta cortada, que alcanzó una velocidad de 87.1 mph. Esta estrategia de lanzar una bola mala al inicio puede haber sido parte de su plan para sacar a Freeman de su zona de confort. Sin embargo, el enfoque no funcionó como se esperaba, ya que Freeman se mantuvo paciente en el plato, esperando la oportunidad adecuada para hacer contacto.
El segundo lanzamiento fue más agresivo, y Cortes optó por su recta de cuatro costuras, esta vez alcanzando una velocidad de 91.1 mph. Este lanzamiento fue un strike, lo que mostró que Cortes estaba dispuesto a desafiar a Freeman y ponerlo a prueba. Sin embargo, los mejores bateadores son aquellos que pueden adaptarse a la velocidad y estilo de los lanzadores, y Freeman no fue la excepción. Al ver que Cortes comenzaba a encontrar su ritmo, Freeman se preparaba para la próxima jugada.
Cortes continuó con un tercer lanzamiento, nuevamente una bola mala, utilizando su recta cortada que viajó a 87.4 mph. La inconsistencia en los lanzamientos de Cortes parecía generar cierta frustración, no solo para él, sino también para la afición que esperaba que este fuera el momento decisivo para cerrar la cuenta. La presión aumentaba, y Freeman, un bateador experimentado, se mantuvo atento y listo para aprovechar cualquier error que pudiera surgir.
El cuarto lanzamiento fue el que marcó el desenlace de este emocionante enfrentamiento. En lugar de un golpe sólido que pudiera haber puesto a Cortes en una posición difícil, Freeman se embasó por un error en el fildeo de Jazz Chisholm Jr., quien no pudo manejar la bola. Este error, aunque no directamente a causa de un gran bateo por parte de Freeman, reflejó la presión que estaba ejerciendo sobre Cortes y los Yankees. Un jugador de la calidad de Freeman sabe cómo capitalizar cualquier oportunidad, y aunque no logró un hit, su capacidad para llegar a base nuevamente fue un recordatorio de su importancia en el lineup de los Dodgers.
Este episodio no solo resaltó las habilidades de los jugadores en el campo, sino que también expuso la tensión inherente a los juegos de alto calibre como la Serie Mundial. Nestor Cortes, al ser el lanzador, estaba bajo un gran escrutinio después de la devastadora derrota en el primer juego. La revancha contra Freeman era una oportunidad de redención, pero el resultado fue agridulce. Aunque no se le anotó una carrera en esta ocasión, la combinación de la presión y el error del campo representó un desafío adicional para el equipo de los Yankees, que ya estaba lidiando con la adversidad de estar abajo en la serie.
El enfrentamiento entre Cortes y Freeman no fue solo un duelo de lanzador contra bateador, sino una representación de la presión y la rivalidad que caracterizan a la Serie Mundial.