En una de las ediciones más recordadas de “El Show de Swing Completo”, los hermanos Yuli Gurriel y Lourdes Gurriel Jr. protagonizaron una conversación cargada de anécdotas, humor y nostalgia sobre sus vivencias dentro y fuera del béisbol cubano. Durante la charla, ambos recordaron con cariño y risas su paso por equipos dirigidos por Víctor Mesa, uno de los entrenadores más enérgicos y exigentes del béisbol en Cuba, conocido tanto por su disciplina como por su peculiar forma de dirigir.
Yuli Gurriel relató entre carcajadas uno de los rasgos más característicos del mítico manager: su puntualidad extrema. “Lo de Víctor era increíble”, dijo entre risas. “Él decía que la guagua salía a las tres, pero desde las dos y diez ya estaba montado, arrancando para el estadio”. El veterano pelotero confesó que esa rigurosidad le costaba trabajo, pues admitió que nunca fue muy amante de la puntualidad. “Yo a las dos y cincuenta todavía estaba sentado conversando con Fredy Asiel Álvarez. Cuando bajábamos, ya estaban todos calentando en el terreno”, recordó entre risas.
Su hermano menor, Lourdes Gurriel Jr., también compartió una anécdota similar que tuvo lugar durante un entrenamiento con el equipo Cuba en Veracruz, México. Contó que, siguiendo el consejo de su hermano, decidieron bajar temprano a desayunar para no tener problemas con los horarios. “Bajamos a las siete y media, y cuando estábamos tranquilos desayunando, vimos pasar a Víctor rumbo a la guagua. Yuli me miró y me dijo: ‘Recoge todo y vámonos’. ¡Todavía faltaba una hora!”, relató “Yunito” divertido.
La prisa de Víctor Mesa era tal que varios jugadores del equipo llegaron a perder el transporte oficial hacia el estadio y debieron buscar la manera de llegar por su cuenta. Según Yuli, eso era parte del carácter impredecible de un hombre que vivía el béisbol con una intensidad única.
Entre las risas del público, el campeón de la Serie Mundial recordó también una escena insólita durante un juego de la Serie Nacional entre Sancti Spíritus y Villa Clara, cuando vio a varios peloteros del equipo contrario llegar al estadio Sandino en coches de caballo, aún vestidos con sus uniformes.
Yuli cerró el relato con otra historia protagonizada por Frederich Cepeda y Víctor Mesa en un hotel durante un evento internacional, asegurando entre carcajadas que “parecía que a Cepeda le había dado algo”. Sin dudas, las historias con Víctor Mesa siguen siendo parte del folclore más divertido del béisbol cubano.