Erislandy Álvarez, el boxeador cubano campeón olímpico de París 2024, volvió a subirse al cuadrilátero este 3 de mayo y sumó una nueva victoria a su historial, esta vez en una velada celebrada en Curazao. El púgil cienfueguero, quien también ostenta el título de subcampeón mundial en la cita universal de Taskent 2023, se impuso con claridad al brasileño Daniel Soares por decisión unánime, luego de tres asaltos en la categoría de los 63.5 kilogramos. La diferencia de experiencia y nivel fue evidente desde el inicio del combate, y aunque muchos esperaban una resolución rápida, como la que consiguió el pasado 11 de abril al noquear en solo 28 segundos al dominicano Brainer Vásquez en Varadero, la pelea se extendió hasta el final.
Los pronósticos previos sugerían una victoria sin contratiempos para el cubano, en función de la juventud y escaso rodaje del sudamericano, de apenas 19 años. Sin embargo, Soares logró mantenerse en pie y obligó a Álvarez a ejecutar un plan más táctico que contundente. Aunque el dominio del cubano fue absoluto y su variedad técnica se hizo notar, la ausencia del nocaut generó ciertas preguntas entre los aficionados. No obstante, el Comisionado Nacional de Boxeo, Robinson Poll, quien acompañó al púgil y fungió como su entrenador en esta ocasión, explicó que la estrategia prevista no contemplaba una búsqueda agresiva del nocaut, sino más bien una pelea controlada, enfocada en ganar tiempo de trabajo sobre el ring.
Poll declaró que el objetivo se cumplió cabalmente, destacando que la intención fue sumar minutos de boxeo sin asumir riesgos innecesarios, especialmente considerando que entre el 13 y el 18 de mayo se disputará el Torneo Nacional Playa Girón, una competencia de gran importancia para el boxeo cubano y en la cual Erislandy Álvarez será uno de los protagonistas. Por tal motivo, se optó por un planteamiento más conservador, enfocado en mantener la distancia y trabajar desde el exterior, limitando la posibilidad de recibir golpes que pudieran comprometer su participación en la próxima cita nacional.
Pese a lo discreto del espectáculo ofrecido en Curazao, la victoria de Álvarez reafirma su estatus dentro del pugilismo amateur cubano y mantiene intacta su proyección hacia el profesionalismo. El combate fue considerado por muchos como una especie de sesión de entrenamiento con público, en la que el antillano resolvió con inteligencia y sin complicaciones. Además, su reciente actividad en redes sociales encendió la polémica, luego de que manifestara su deseo de enfrentarse en el futuro a la estrella profesional Gervonta Davis, una declaración que dejó en claro su ambición de medirse con los mejores en el plano internacional.
Aunque algunos cuestionaron la utilidad de este combate frente a un rival de menor nivel, lo cierto es que Erislandy Álvarez cumplió con su tarea de forma disciplinada y sin sobresaltos. El púgil cienfueguero continúa consolidando su camino hacia mayores retos en el ring, respaldado por su talento, experiencia y un equipo técnico que vela por su desarrollo estratégico. Esta victoria en Curazao se suma a una hoja de servicios impecable que, sin dudas, lo proyecta como uno de los grandes nombres del boxeo cubano actual.