Un nuevo episodio de controversia sacudió al béisbol cubano durante la 64 Serie Nacional, luego de que un árbitro fuera sancionado tras protagonizar una conducta inapropiada que incluyó la expulsión injustificada del director del equipo de Las Tunas, Abeisy Pantoja. El incidente, ocurrido en el estadio Augusto César Sandino de Villa Clara, generó un fuerte malestar entre los aficionados y dentro del propio entorno deportivo, al punto de que las autoridades de la comisión nacional debieron intervenir de manera inmediata.
El hecho tuvo lugar en los compases finales del encuentro entre Villa Clara y Las Tunas, cuando el timonel tunero se acercó al árbitro principal, Edrey Cruz, con el propósito de aclarar una duda sobre el conteo de lanzamientos del serpentinero rival. Sin embargo, en lugar de recibir una respuesta técnica o una revisión reglamentaria, Pantoja fue abruptamente expulsado del partido. Testigos en el estadio relataron que el dirigente mantuvo un tono respetuoso en todo momento, intentando resolver la situación de forma formal, mientras que Cruz reaccionó de manera desproporcionada, lanzando incluso una palabra obscena que se escuchó con claridad en las gradas.
El incidente no tardó en generar indignación dentro del gremio deportivo y en las redes sociales, donde varios cronistas y fanáticos exigieron explicaciones y medidas disciplinarias. Horas después, el Jefe de Reglas y Arbitraje de la Serie Nacional, César Valdés, confirmó que el árbitro Edrey Cruz fue separado de sus funciones de manera provisional, medida que se mantendrá hasta la culminación del Juego de las Estrellas, previsto para inicios de noviembre.
La decisión fue considerada necesaria para preservar la imagen del torneo, aunque también dejó al descubierto la creciente tensión entre los equipos y el cuerpo arbitral. En los últimos años, se han multiplicado las quejas por decisiones erráticas, actitudes prepotentes y la falta de profesionalismo dentro del terreno, reflejando un deterioro preocupante en la estructura arbitral del béisbol cubano.
Lo ocurrido en Villa Clara es solo un ejemplo más de las dificultades que enfrenta la disciplina en la isla, donde la pasión por el béisbol convive con la frustración de jugadores, entrenadores y aficionados ante un sistema que necesita renovación urgente. La sanción a Cruz, aunque justa, abre nuevamente el debate sobre la preparación, supervisión y comportamiento ético de quienes imparten justicia en el diamante.