POLEMICA!! EL BEISBOL CUBANO SUBRE EL PEOR DERRUMBE EN EL TOP MUNDIAL ¡ESTO PASÓ!

El béisbol cubano, que alguna vez dominó el escenario internacional, atraviesa una crisis alarmante que refleja un declive evidente en su competitividad. A lo largo de las últimas décadas, los equipos nacionales de la isla fueron temidos en los torneos internacionales. Sin embargo, los últimos 10 años han sido testigos de un rendimiento inconsistente, especialmente en eventos como el Clásico Mundial y el Premier 12. Con un balance de 10 victorias y 16 derrotas en estos torneos, la selección cubana ha perdido el respeto que en su momento imponía. En el Clásico Mundial de 2023, a pesar de llegar a las semifinales, su récord de 3-3 fue más un golpe de suerte que un dominio real. Lo peor llegó con su rendimiento en el Premier 12, donde lograron un decepcionante 1-4, el peor en la historia del torneo.

Las estadísticas del equipo cubano son reveladoras: su desempeño ofensivo ha sido alarmantemente pobre. Con un índice de poder aislado (ISO) de solo 87, el más bajo del torneo, y una tasa de carreras por cada nueve entradas (RS9) de apenas 3.21, Cuba ha mostrado una falta de potencia ofensiva. A esto se suma una terrible relación de ponches y bases por bolas, con 44 ponches y solo 18 bases por bolas, lo que refleja una falta de disciplina en el bateo. El equipo apenas conectó tres jonrones en 161 turnos al bate, lo que equivale a uno cada 53.6 turnos. Además, su bajo promedio de bateo de .242 y la ineficiencia para capitalizar corredores en base —con un 79% de los corredores dejados en base— subraya la falta de eficacia en los momentos clave.

El declive del béisbol cubano no puede explicarse solo por las estadísticas; también es necesario entender la estructura que lo ha moldeado. El régimen socialista cubano ha mantenido un control férreo sobre todos los aspectos del deporte, incluyendo los contratos y el movimiento de los jugadores. Este control, que en los años 70 y 80 tenía cierto sentido cuando las competiciones eran limitadas a amateurs, ahora es una desventaja, ya que el béisbol se ha globalizado y las ligas profesionales han cambiado la dinámica. La “mentalidad anacrónica” que prevalece en los dirigentes cubanos, muchos de los cuales siguen siendo leales al Partido Comunista, ha frenado la innovación y la adaptación al nuevo panorama del béisbol moderno.

Mientras en las grandes ligas se invierte en análisis de datos y sabermetrics, Cuba sigue utilizando tácticas antiguas, sin ningún tipo de análisis estadístico que ayude a mejorar el rendimiento. La falta de «atleticismo» y de un corrido de bases eficiente, sumado a decisiones tácticas cuestionables, ha aumentado el fracaso en momentos cruciales. Además, la emigración de talentos ha dejado un vacío generacional, ya que los mejores jugadores buscan oportunidades fuera de la isla, mientras que los que quedan parecen ser seleccionados más por su lealtad política que por sus habilidades.

El futuro del béisbol cubano es incierto. Para que el equipo regrese a la élite internacional, se requieren cambios drásticos. Cuba necesita adoptar estrategias modernas, permitir el flujo libre de talento y crear programas de entrenamiento de alto rendimiento. Aunque la isla sigue siendo un semillero de talento, las restricciones políticas que asfixian al deporte dificultan cualquier posibilidad de renacimiento. El béisbol cubano puede resurgir, pero solo si se le permite prosperar sin las cadenas ideológicas que lo limitan.