Varios peloteros cubanos que tomaron la decisión de abandonar su país en busca de una carrera en las Grandes Ligas han logrado grandes éxitos en la MLB, pero al mismo tiempo, enfrentan la imposibilidad de regresar a Cuba debido a las estrictas políticas del gobierno cubano. Estos jugadores, a pesar de ser figuras destacadas en el béisbol internacional, no pueden volver a la isla, ya que se considera que han desertado y el régimen cubano les prohíbe el regreso. A continuación, se mencionan algunos de los peloteros cubanos más conocidos que no pueden regresar a su país, junto con una estimación de los ingresos que han generado desde que tomaron la decisión de abandonar Cuba.
Uno de los casos más emblemáticos es Yoenis Céspedes, quien abandonó Cuba en 2011. Céspedes fue una de las estrellas más destacadas en las Grandes Ligas y firmó un contrato con los Oakland Athletics por $36 millones de dólares. Posteriormente, pasó por los Mets de Nueva York y obtuvo un contrato por $110 millones de dólares con el equipo neoyorquino en 2015. A lo largo de su carrera, Céspedes ganó alrededor de $140 millones de dólares en contratos, aunque su carrera fue interrumpida por varias lesiones. A pesar de su éxito en el béisbol, Céspedes no puede regresar a Cuba, y ha vivido una situación complicada al estar distanciado de su familia.
Otro pelotero que no puede regresar a Cuba es José Abreu, quien abandonó la isla en 2013. Abreu firmó con los Chicago White Sox por $68 millones de dólares, y ha sido uno de los peloteros más exitosos de la MLB en los últimos años, ganando el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana en 2020. En total, hasta la fecha, ha ganado más de $100 millones de dólares en contratos en las Grandes Ligas. Abreu es un ícono del béisbol cubano, pero su deserción lo ha excluido de volver a su país natal, algo que le ha costado en lo personal, aunque su carrera sigue siendo un éxito.
Aroldis Chapman, el cerrador cubano conocido como «El Misil Rojo», dejó Cuba en 2009. Chapman fue uno de los lanzadores más temidos en las Grandes Ligas y firmó un contrato con los Cincinnati Reds por $30.25 millones de dólares, convirtiéndose en el lanzador cubano con el contrato más alto en ese momento. A lo largo de su carrera, ha jugado para los Reds, los New York Yankees y otros equipos, acumulando una fortuna superior a los $100 millones de dólares en salarios. Al igual que los otros peloteros, Chapman no puede regresar a Cuba, aunque ha tenido una exitosa carrera en la MLB.
Yasiel Puig, otro de los peloteros que desertó en 2012, firmó un contrato con los Los Angeles Dodgers por $42 millones de dólares. Puig, quien llegó a ser una de las figuras más mediáticas del béisbol, también ha jugado para los Cincinnati Reds y los Cleveland Indians (ahora Guardians). A lo largo de su carrera, ha ganado aproximadamente $70 millones de dólares, aunque su carrera se ha visto afectada por problemas fuera del campo. Puig, al igual que los demás, no puede regresar a Cuba debido a su deserción, y ha enfrentado una serie de desafíos personales y profesionales.
Estos peloteros, a pesar de haber alcanzado enormes logros financieros y deportivos, viven con la triste realidad de que, al tomar la decisión de abandonar Cuba, sacrificaron la posibilidad de regresar a su tierra natal. Sin embargo, la deserción les permitió seguir una carrera en la MLB, donde han ganado millones de dólares, y se han establecido como figuras destacadas del béisbol internacional. Aunque la deserción les costó la conexión con su país y sus seres queridos, su éxito en las Grandes Ligas ha demostrado que, a pesar de las adversidades, han logrado forjar un futuro brillante.