La tarde del 14 de septiembre dejó un amargo sabor para los fieles seguidores de Industriales, luego de que el equipo capitalino sufriera una derrota administrativa que desató una oleada de críticas. En el estadio Latinoamericano, la novena de La Habana parecía haber asegurado el triunfo con marcador de cinco carreras por cuatro ante los Huracanes de Mayabeque, pero un error en la utilización del cuerpo de lanzadores cambió el resultado y encendió la indignación de los aficionados.
El origen del problema estuvo en la participación del pitcher Rafael Perdomo. Dos días antes, el 12 de septiembre, Perdomo había realizado 50 envíos, lo cual, según el reglamento, le impedía actuar nuevamente en ese lapso de tiempo. A pesar de esta restricción, el cuerpo técnico de Industriales decidió utilizarlo, lo que permitió al manager de Mayabeque, Osmel Cordero, presentar un reclamo oficial. La protesta fue aceptada y la victoria otorgada a los Huracanes, dejando a los Leones en el centro de una controversia que resucitó viejos fantasmas de falta de control y planificación.
Las redes sociales se convirtieron en escenario de una tormenta de comentarios críticos. El periodista Boris Luis Cabrera compartió la noticia en sus plataformas y rápidamente los fanáticos descargaron su enojo contra la dirección del equipo. “Ya la falta de respeto hacia los seguidores de Industriales es demasiado grande. ¿Qué más se necesita para que todos sepan que algo turbio tiene que existir para que en La Habana las autoridades del béisbol y del INDER mantengan a Carmona año tras año dirigiendo a Industriales?”, expresó Raúl Ricardo Fernández Concepción, reflejando el sentir de muchos.
Otro aficionado, Javier González, se mostró aún más contundente: “¿Hasta cuándo Carmona? Eres un burrotico. Acaba de retirarte y no dirigir más pelota, que ya tú estás de más en ese equipo. Ya vete para tu casa a darle calor a tu familia y deja que otro director venga y dirija a Industriales”. Estas palabras evidencian la impaciencia de una parte importante de la fanaticada que, cansada de ver errores repetidos, exige cambios en el liderazgo del conjunto.
La indignación continuó con comentarios como el de Víctor Sosa Ortega, quien criticó la falta de atención en el banquillo azul: “Lo mismo de todos los años de esta ‘dirección colectiva’ de ese equipo, que no se percataron de esa violación y los directivos del equipo contrario siempre los detectan. Los dejan correr, si al final, aunque ganen por ko, regalan el juego. Entre tantos directivos en el banco, no se dan cuenta de estos desastres. La población y aficionados merecen respeto, porque oigan, ir al Latino a ver ese doble juego, ver ganar a los azules y que se lo anulen por ineptitudes del colectivo técnico, eso da pena y vergüenza”.
La derrota, más allá del marcador, representa una llamada de atención para la alta dirección de Industriales, que ve cómo su prestigio se erosiona con cada decisión errada. Los seguidores, acostumbrados a ver a su equipo como referente del béisbol cubano, claman por un cambio profundo que devuelva la confianza y evite que episodios como este sigan empañando la historia de los Leones de La Habana.