Los Astros de Houston recibieron un duro golpe con la noticia de la lesión de su principal artillero, Yordan Álvarez, quien abandonó el partido del lunes contra los Rangers de Texas tras sufrir un esguince en el tobillo izquierdo. El incidente ocurrió en la misma primera entrada cuando el jardinero cubano pisó de manera torpe el plato, provocando una torcedura que inmediatamente encendió las alarmas en el dugout. Álvarez apenas pudo descender las escaleras hacia el vestuario, visiblemente adolorido, antes de ser reemplazado en el terreno. Zach Cole entró en su lugar y se movió al jardín derecho, mientras que Jesús Sánchez, quien había iniciado en esa posición, se trasladó al jardín izquierdo para cubrir la vacante.
La preocupación creció cuando, al finalizar el encuentro, Yordan salió del vestuario usando muletas y con el pie protegido por una bota ortopédica, señal clara de que la lesión no era menor. El martes se sometió a una resonancia magnética para evaluar la gravedad del esguince, según informó el mánager Joe Espada después de la victoria de Houston 6-3 sobre Texas. Aunque la organización no ha confirmado si el slugger entrará en la lista de lesionados, el propio Espada admitió que se trata de un daño significativo en el tobillo izquierdo, por lo que no se espera que el toletero participe en los próximos compromisos.
Esta nueva dolencia llega en un momento especialmente complicado para los Astros. Yordan Álvarez acababa de reincorporarse el pasado 28 de agosto después de perderse casi cuatro meses por otras molestias físicas, y en su regreso se había convertido en la chispa ofensiva del equipo. Sus números tras el retorno lo demuestran: un impresionante promedio de bateo de .369, con 24 hits, 3 jonrones, 9 carreras impulsadas y 10 anotadas en apenas 19 juegos. Su capacidad para producir carreras, embasarse con frecuencia y cambiar el rumbo de un partido con un solo swing lo convierten en un elemento esencial para el lineup de Houston.
La posible ausencia prolongada de Álvarez obliga a los Astros a replantear su estrategia ofensiva en el tramo decisivo de la temporada. El cubano no solo aporta poder, sino también una presencia intimidante que abre oportunidades para el resto de la alineación. Sin él, la ofensiva de Houston pierde a su bate más temido y a un jugador que ha demostrado en múltiples ocasiones su habilidad para aparecer en los momentos más importantes. El equipo, que ya ha enfrentado altibajos a lo largo de la campaña, tendrá que buscar nuevas fórmulas para mantener la producción de carreras y sostenerse en la pelea por la postemporada.
La gerencia y el cuerpo técnico deberán evaluar si refuerzan la alineación con jugadores de ligas menores o ajustan roles para cubrir el hueco que deja Yordan. Mientras tanto, la afición y sus compañeros aguardan los resultados de la resonancia con la esperanza de que la lesión no signifique un cierre anticipado de temporada para su estrella. Lo cierto es que la salud de Álvarez será un factor determinante en las aspiraciones de los Astros, quienes saben que su camino hacia los playoffs se complica enormemente sin el poder y la consistencia de su bate más explosivo.