JC Escarra regresó al béisbol dominicano con el mismo impacto que lo caracterizó en su primera experiencia con las Águilas Cibaeñas. En su debut de la temporada 2025-2026 en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM), el pelotero de raíces cubanas brilló con el madero y fue pieza clave en la remontada de su equipo frente a las Estrellas Orientales, firmando una actuación destacada con par de imparables, incluido un triple que impulsó dos carreras.
Después de haber dejado una gran impresión en la campaña anterior, Escarra volvió a enfundarse el uniforme amarillo con la meta de mantener su desarrollo ofensivo tras su paso por los New York Yankees, donde disputó 84 turnos en las Grandes Ligas durante la última temporada. Con 29 años y una evidente madurez en su juego, el bateador zurdo espera consolidar su progreso en el exigente torneo invernal.
Su estreno con las Águilas no pudo ser más prometedor. Alineó como cuarto bate y bateador designado y desde su primer turno demostró que estaba listo para marcar diferencias. En la parte alta del primer episodio, con un hombre en circulación, conectó un sólido batazo al jardín derecho ante Sean Nolin, abriendo el camino ofensivo de su equipo. Aunque en su segundo turno fue retirado por la vía del ponche, Escarra tendría más protagonismo en el transcurso del encuentro.
Con las Águilas en desventaja 5-1, el zurdo respondió en el quinto capítulo con un batazo decisivo. Con corredores en posición anotadora y dos outs, conectó un triple profundo por la banda derecha que impulsó dos carreras y acercó a los cibaeños en el marcador. Su energía contagió al resto de la alineación, que continuó la ofensiva hasta igualar el juego.
En el noveno episodio, Escarra volvió a ser determinante al conectar un rodado que provocó un error defensivo, permitiendo que la carrera del triunfo entrara al plato. Su actuación de 5-2 con triple y dos empujadas fue vital en la histórica victoria número 2000 de las Águilas Cibaeñas en la LIDOM.
Con esta incorporación, el conjunto de Santiago de los Caballeros fortalece su ofensiva, sumando a un jugador que combina contacto y poder ocasional, cualidades que ya lo convirtieron en una de las figuras más prometedoras del béisbol invernal dominicano.