Aroldis Chapman continúa escribiendo su nombre con letras doradas en la historia de las Grandes Ligas gracias a una combinación única de velocidad, consistencia y dominio absoluto desde la lomita. El cerrador cubano de los Boston Red Sox, a sus 37 años, atraviesa una de sus mejores temporadas y mantiene un nivel que pocos relevistas han podido sostener durante tanto tiempo. Su marca de 4-3, efectividad de 1.14, WHIP de 0.669 y 29 juegos salvados en la presente campaña son pruebas irrefutables de su vigencia. Los bateadores rivales apenas logran una línea ofensiva de .122/.181/.185/.367, conectándole solo 3.7 imparables y siendo ponchados 13.2 veces por cada nueve entradas, cifras que hablan de un dominio total.
Lo que distingue a Chapman del resto de los lanzadores de su generación es su capacidad para limitar el contacto y, al mismo tiempo, acumular ponches a un ritmo histórico. Es el único pitcher en toda la historia de la MLB que ha logrado cinco temporadas con un mínimo de 40.0 entradas lanzadas, permitiendo 4.4 hits o menos y registrando al menos 12.0 ponches por cada nueve innings. Ni siquiera otros cerradores de élite como Craig Kimbrel, quien ha conseguido esas cifras en tres oportunidades, o Josh Hader, que lo ha hecho dos veces, han podido igualar esta hazaña. En toda la historia de las Grandes Ligas se han registrado números de ese calibre en solo 29 ocasiones, y Chapman es dueño de cinco de ellas.
Su primera campaña con esas métricas extraordinarias fue en 2011 con los Cincinnati Reds, cuando registró 4.3 hits permitidos por cada nueve innings y 12.8 ponches. Repitió con el mismo equipo en 2012 con 4.4 H/9 IP y un impresionante 15.3 K/9 IP, y en 2014 llevó su dominio a otro nivel con 3.5 H/9 IP y 17.7 K/9 IP. Más adelante, con los New York Yankees en 2018, volvió a brillar con 4.2 H/9 IP y 16.3 K/9 IP. En 2025, ahora con el uniforme de los Boston Red Sox, se mantiene en esa élite con 3.7 hits permitidos y 13.2 ponches por cada nueve entradas.
A lo largo de 16 temporadas en las Grandes Ligas, Chapman acumula un récord de 59-48, efectividad de 2.53 y 364 juegos salvados, cifras que lo ubican entre los mejores relevistas de todos los tiempos. Con un mínimo de 800 entradas lanzadas, es el lanzador al que menos hits le conectan en la historia (5.2 por cada nueve innings) y el que más bateadores retira por la vía del strike, con una asombrosa media de 14.6 ponches por cada nueve episodios. Estos números no solo destacan su poder de intimidación, sino también una durabilidad poco común para un cerrador.
Chapman ha demostrado que la edad no es un obstáculo cuando se combina disciplina, talento y una recta que sigue alcanzando velocidades explosivas. Su trayectoria, marcada por récords inéditos y temporadas de dominio absoluto, lo convierte en un referente indiscutible del relevo moderno y en un ejemplo de excelencia que seguirá inspirando a futuras generaciones de lanzadores.