🚨ESCANDALO🚨 Árbitro pide disculpas tras insultar a periodista en beisbol cubano

El béisbol cubano vuelve a colocarse en el centro de la polémica, esta vez por un incidente extradeportivo que involucra a un árbitro y a una periodista. En medio de la 64 Serie Nacional, el juez Luis Felipe Casañas protagonizó un lamentable episodio al insultar a la comunicadora santiaguera Brita García, generando una ola de críticas y pedidos de sanción en las redes sociales. Sin embargo, el hecho dio un giro inesperado cuando el propio árbitro decidió ofrecer disculpas públicas a la afectada.

De acuerdo con el testimonio de la periodista, Casañas se reunió con ella en presencia de sus compañeros, el supervisor de árbitros y el Comisario de Juego para expresar su arrepentimiento. Durante el encuentro, el juez reconoció su error y mostró consternación por su conducta, comprometiéndose a mantener el respeto hacia la prensa y el entorno del béisbol. Según García, el resto de los árbitros presentes también ratificó su compromiso con el profesionalismo y con la defensa del béisbol cubano como parte del patrimonio cultural de la nación.

«Mi denuncia no buscaba crear una confrontación, sino detener este tipo de actitudes que he enfrentado durante mi carrera. El machismo sigue presente y es necesario que los comités de género y las instituciones competentes actúen con firmeza», señaló la periodista, quien agradeció el apoyo recibido tras su publicación en redes sociales.

El incidente reavivó un debate recurrente sobre el comportamiento de los árbitros en el béisbol cubano, una liga en la que los conflictos, las malas decisiones y las discusiones con jugadores, entrenadores o periodistas no son extraños. Muchos especialistas consideran que estos episodios dañan la imagen del deporte y distraen la atención del verdadero espectáculo.

El caso de Brita García no es aislado, pero sí marca un precedente por la visibilidad alcanzada y la posterior reacción del implicado. Para algunos, la disculpa de Casañas representa un paso hacia la madurez y el reconocimiento de errores que deben corregirse dentro del sistema. Para otros, refleja la presión pública que puede generar un movimiento de denuncia cuando las redes amplifican las voces que piden respeto y equidad.

Al final, este episodio deja una lección de convivencia y de responsabilidad, recordando que el béisbol, más allá de su pasión y rivalidad, debe ser un espacio de respeto mutuo.