Los Dodgers de Los Ángeles lograron lo impensable: se coronaron bicampeones de la Serie Mundial tras vencer 5-4 a los Azulejos de Toronto en un inolvidable Juego 7 que quedará grabado entre los más emocionantes de todos los tiempos. Sin embargo, más allá del jonrón decisivo de Will Smith en la undécima entrada, hubo una jugada que cambió por completo el destino del partido y que hoy es tema de conversación en todo el mundo: la espectacular atrapada del cubano Andy Pages.
El escenario no podía ser más tenso. Bases llenas, un out y el marcador empatado 4-4. Toronto amenazaba con romper el equilibrio cuando Pages, desde el jardín central, realizó una acrobática atrapada lanzándose por encima de Kiké Hernández para quedarse con la pelota. El estadio entero se congeló por un segundo antes de estallar en aplausos. Fue un acto de reflejos, valentía y puro instinto competitivo.
El japonés Shohei Ohtani, figura estelar de los Dodgers, no tardó en reaccionar ante la hazaña de su compañero. “Wao, sin duda fue una jugada histórica en un juego histórico. Es lo que Andy ha hecho todo el año, nos deslumbra con sus jugadas. Qué buen jugador es Andy Pages, y qué momento para demostrarlo”, expresó Ohtani con admiración. El dos veces MVP se mostró emocionado, reconociendo el impacto que esa acción tuvo para mantener viva la esperanza angelina.
Esa atrapada no solo frenó una ofensiva que parecía imparable, sino que también encendió el espíritu de lucha del equipo. Yoshinobu Yamamoto, nombrado MVP de la Serie Mundial, tomó el relevo en la parte final del juego y, con apenas 24 horas de descanso, lanzó con maestría para mantener a raya a los Azulejos.
Minutos después, Will Smith conectó el cuadrangular que selló el bicampeonato, desatando una celebración histórica en el dugout angelino. “Este equipo tiene corazón, talento y un deseo inmenso de ganar. Nadie se rinde aquí”, comentó Smith tras el triunfo.
Toronto peleó con orgullo hasta el final, liderado por un emocionado Vladimir Guerrero Jr., pero la noche perteneció a los Dodgers. Y, sobre todo, a Andy Pages, el héroe inesperado que con una sola jugada cambió el rumbo de una Serie Mundial para la historia.