El exjugador cubano Yuli Gurriel, uno de los peloteros más emblemáticos de su generación, sorprendió recientemente al revelar que se sintió más apoyado durante su paso por Industriales que en su propio equipo natal, Sancti Spíritus. En una entrevista concedida al programa Swing Completo, el campeón de Serie Mundial con los Astros de Houston habló sin tapujos sobre las diferencias en el trato recibido por parte de las aficiones cubanas y cómo su experiencia en La Habana marcó una etapa especial en su carrera.
Gurriel recordó que, a pesar de haber sido pieza clave en múltiples clasificaciones de Sancti Spíritus a la postemporada, muchas veces se sintió subestimado en su provincia. “Conmigo en Sancti Spíritus había su debate. No era que todo el mundo me apoyaba. Había divisiones, polémicas, y eso me sorprendía porque uno esperaba más respaldo en su tierra”, confesó. El jugador explicó que era común encontrar rivalidades entre los propios seguidores, incluso entre quienes preferían a su compañero Frederich Cepeda, figura respetada del equipo espirituano.
El antesalista comparó esa situación con la devoción que observó hacia Michel Enríquez en la Isla de la Juventud, asegurando que allí el público mostraba una fidelidad absoluta con sus ídolos locales. “Michel era un dios allá, la gente lo adoraba. En cambio, a veces sentía que en mi provincia no todos iban conmigo”, relató.
Sin embargo, todo cambió cuando Yuli se unió a Industriales, el equipo más seguido y mediático de Cuba. Según él, la afición capitalina lo acogió con un cariño que nunca olvidará. “En La Habana me hicieron sentir como si hubiera jugado toda la vida allí. Dondequiera que iba, la gente me trataba como uno más de sus ídolos. Ese apoyo fue algo que me marcó profundamente”, afirmó emocionado.
Durante su etapa con los Leones, Gurriel protagonizó una de las campañas más brillantes de su carrera en Cuba. En la temporada 2015-2016, promedió .500 con 20 dobles y 15 jonrones en solo 49 juegos, demostrando por qué era considerado uno de los talentos más completos del país. De por vida en Series Nacionales, bateó para .337, con más de 1,700 hits y 282 jonrones, además de una trayectoria internacional destacada con el equipo Cuba. Su legado, entre admiración y controversia, sigue siendo una referencia obligada en la historia del béisbol cubano.