Tener lujos en Cuba es un tema complicado, ya que el acceso a productos de alta gama es limitado y los precios suelen ser mucho más altos que en otros países debido a impuestos, aranceles y la escasez generalizada de bienes importados. Por ejemplo, un carro Mercedes-Benz en Cuba puede costar cifras astronómicas si se adquiere legalmente, ya sea por importación oficial o en el mercado paralelo. Mientras que en Estados Unidos un modelo básico de Mercedes puede arrancar alrededor de 40,000 a 50,000 dólares, en Cuba el precio de un vehículo similar puede superar fácilmente los 200,000 dólares, especialmente si se trata de un modelo reciente o con accesorios especiales. La dificultad no solo está en el costo, sino en la disponibilidad: los concesionarios oficiales son muy limitados y la mayoría de autos de lujo que circulan en la isla provienen de importaciones privadas, lo que eleva aún más su precio.
En cuanto a yates, la situación es aún más complicada. Poseer un yate en Cuba no solo implica pagar el valor de la embarcación, sino también obtener permisos especiales, amarraderos en marinas oficiales y seguros, algo que encarece notablemente el gasto. Un yate pequeño puede costar en el mercado internacional entre 50,000 y 200,000 dólares, pero en Cuba, por los gastos de transporte, impuestos y logística, el precio podría duplicarse o incluso triplicarse. Además, el mantenimiento de estas embarcaciones es costoso, ya que el acceso a repuestos y combustible de calidad está limitado.
Tener una mansión en Cuba también es un lujo para pocos. Las propiedades de alto valor se concentran principalmente en La Habana Vieja, Miramar o áreas turísticas como Varadero. Una casa de lujo con varias habitaciones, piscina y vistas al mar puede costar en el mercado informal varios cientos de miles de dólares, mientras que en zonas céntricas y históricas los precios podrían acercarse al millón de dólares, dependiendo de la ubicación y del estado de conservación del inmueble. La propiedad privada está regulada y cualquier transacción debe pasar por el gobierno, lo que complica la compra de bienes raíces al estilo occidental.
La ropa cara y los artículos de lujo son casi inaccesibles a través de canales normales. Las marcas internacionales como Gucci, Louis Vuitton o Chanel no se venden oficialmente en tiendas locales. Los precios en el mercado negro o a través de familiares en el extranjero son extremadamente altos; un bolso de diseñador puede costar entre 5,000 y 15,000 dólares, mientras que prendas de vestir, zapatos y accesorios de lujo se venden al doble o triple de su precio original fuera del país.
En conclusión, disfrutar de lujos como autos Mercedes-Benz, yates, mansiones o ropa de diseñador en Cuba implica un gasto muy superior al promedio internacional debido a la escasez, los impuestos y las restricciones de importación. Los pocos que pueden acceder a estos bienes suelen tener conexiones, ingresos provenientes del extranjero o acceso a remesas familiares. Esto convierte al lujo en la isla no solo en un símbolo de estatus económico, sino también en un desafío logístico y financiero extremo, muy distinto a lo que sucede en países con mercados abiertos y abundancia de bienes importados.¿CUANTO CUESTA TENER LUJOS EN CUBA? CARROS, CASA Y ROPA CARA