El béisbol cubano y de Grandes Ligas despide a dos de sus grandes embajadores con la posible retirada de Yuli Gurriel y José Abreu, dos peloteros que marcaron una época tanto en la isla como en el escenario más exigente del béisbol mundial. Sus carreras, aunque distintas en estilo, se encuentran unidas por el compromiso, la consistencia y la huella imborrable que dejaron en generaciones de fanáticos y jóvenes jugadores cubanos.
Yuli Gurriel, proveniente de una de las familias más emblemáticas del béisbol en Cuba, se consolidó como un jugador versátil, inteligente y altamente competitivo. Su capacidad de adaptarse a múltiples posiciones del infield, junto con una disciplina táctica excepcional, lo convirtió en una pieza valiosa en cualquier equipo. Tras una carrera estelar en las Series Nacionales, donde brilló con Industriales y el equipo Cuba, Gurriel dio el salto a las Grandes Ligas más tarde que muchos, pero rápidamente dejó claro que estaba a la altura del reto.
Con los Houston Astros vivió sus años más gloriosos, incluyendo un título de Serie Mundial en 2017 y otra participación en 2021. Su estilo calmado, pero efectivo, y su habilidad para responder en momentos cruciales lo hicieron destacar en la postemporada. Aunque su producción ofensiva no fue tan explosiva como la de otros compatriotas, su impacto defensivo, su liderazgo en el clubhouse y su experiencia fueron claves en la consolidación de los Astros como potencia en la Liga Americana durante varios años.
Por su parte, José Abreu será recordado como uno de los bateadores más productivos de su generación. Desde su llegada a las Grandes Ligas en 2014, se estableció como una amenaza constante en el plato, combinando poder, disciplina y consistencia. En su temporada de debut ganó el premio al Novato del Año de la Liga Americana, un presagio del nivel de producción que mantendría durante una década.
A lo largo de su carrera en MLB, acumuló 263 jonrones, 1,587 hits y 960 carreras impulsadas, dejando un WAR acumulado de 29.5, el séptimo más alto entre los peloteros nacidos en Cuba. Su temporada más destacada fue en 2020, cuando fue galardonado con el premio de Jugador Más Valioso, demostrando su capacidad para liderar ofensivamente incluso en condiciones atípicas como las que presentó ese año.
Además, fue convocado en tres ocasiones al Juego de Estrellas y recibió tres premios Silver Slugger. Más allá de sus números, Abreu se destacó por su ética de trabajo, su fortaleza física para evitar lesiones y su constante presencia en el campo. Fue el rostro de los Chicago White Sox por años, guiando a un equipo joven con su ejemplo y veteranía.
En Cuba, Abreu también dejó una marca profunda. En 10 temporadas en Series Nacionales, bateó para .341 con 178 cuadrangulares y 584 impulsadas, lo que lo convirtió en una figura admirada antes de su salto a MLB. Su éxito posterior solo reforzó su condición de referente para las nuevas generaciones.
El legado de Yuli Gurriel y José Abreu trasciende los números. Representan el orgullo del béisbol cubano, el sacrificio y la excelencia. Su retiro marca el fin de una era, pero su historia seguirá inspirando a peloteros cubanos que sueñan con dejar huella en el mejor béisbol del mundo.