La historia que une a Endy Chávez y Melvin Mora dejó de ser solo un recuerdo de hazañas deportivas para convertirse en un conflicto legal y personal de grandes proporciones. Dos figuras emblemáticas del béisbol venezolano, que compartieron equipo, amistad y momentos memorables, hoy se ven enfrentadas en los tribunales por una demanda millonaria que ha dejado al descubierto una relación fracturada por la desconfianza y el incumplimiento.
El pasado 25 de mayo de 2025, según informes publicados por el New York Post en un trabajo de Lauren Elkies Scharam, se hizo pública la noticia de que Endy Chávez había demandado a Melvin Mora por un presunto fraude financiero. La cifra involucrada asciende a 1.2 millones de dólares, una cantidad que, según la querella presentada en la Corte Suprema de Manhattan, fue prestada por Chávez a Mora en 2019 bajo el acuerdo verbal de que sería invertida y devuelta en cuotas. Sin embargo, de acuerdo al relato de Chávez, solo ha recibido 50.000 dólares, y desde entonces no ha tenido respuesta ni devolución del resto del dinero.
La situación se tornó aún más tensa cuando, según otros reportes, Endy Chávez entregó personalmente la citación judicial a Melvin Mora durante un partido del Salón de la Fama en Cooperstown. Este acto, simbólicamente cargado por el contexto y la historia entre ambos, evidenció la seriedad del asunto y la profunda decepción del demandante. Además del monto principal de la deuda, Chávez exige ahora 5 millones de dólares adicionales en compensación por daños y perjuicios, argumentando un perjuicio financiero y emocional considerable.
Melvin Mora, hasta el momento de los informes, no ha ofrecido una versión pública ni ha respondido a los intentos de contacto del medio que divulgó la noticia. Su silencio ha generado aún más incertidumbre y ha dejado la balanza cargada hacia el testimonio de Chávez, quien expresó su dolor de forma clara: “Melvin era mi amigo; somos del mismo país. Lo admiraba y confiaba en él. Me prometió una y otra vez que era un préstamo y una inversión seguros, y cuando finalmente acepté, desapareció con mi dinero. Estaba devastado financieramente, avergonzado y dolido”.
La relación entre ambos no es solo deportiva. Compartieron terreno en Navegantes del Magallanes durante la década de los 2000 y se representaron mutuamente en el Clásico Mundial de Béisbol en 2006 y 2009. Endy incluso cedió su posición a Melvin Mora en un juego de despedida en la LVBP, un gesto que en su momento reflejaba respeto y amistad sincera.
Hoy, ese vínculo se encuentra completamente roto. Lo que alguna vez fue una relación de hermandad dentro del diamante, ahora se enfrenta en una sala judicial. Para los fanáticos del béisbol venezolano, esta situación representa una gran decepción, pues ambos jugadores son íconos del deporte nacional. Mientras el caso avanza en la justicia de Nueva York, queda la amarga lección de cómo la confianza puede quebrarse incluso entre compañeros de vida y de juego, cuando el dinero y la palabra empeñada no se respetan.