Yuli Gurriel, una de las figuras más emblemáticas del béisbol cubano en las últimas décadas, continúa dejando huella dentro y fuera del terreno de juego. A pesar de su reciente paso a la agencia libre tras ser colocado para asignación por los San Diego Padres, Gurriel sigue mostrando la misma pasión y compromiso que lo han caracterizado a lo largo de su carrera. En una entrevista exclusiva con Swing Completo, el veterano pelotero cubano habló sobre su presente, sus motivaciones y, sobre todo, del rol fundamental que ha jugado su familia en su vida deportiva.
Durante la charla, que tuvo lugar el pasado 18 de abril en el estadio de los Houston Astros —la que fuera su casa durante casi una década—, Gurriel expresó su emoción al regresar a un lugar donde vivió grandes momentos de gloria y construyó una sólida carrera en las Grandes Ligas. Habló también del proceso de firma con los Padres y de sus metas personales, dejando claro que, aunque su presente en el diamante no sea el más brillante, su motivación sigue intacta.
«Sigo aquí porque me gusta el béisbol, porque lo disfruto y porque siento que todavía tengo algo que aportar», comentó Gurriel. Más allá del dinero o los logros —que no son pocos, con dos Series Mundiales, un Guante de Oro y más de 60 millones de dólares en ganancias—, Yuli aseguró que lo que lo impulsa a seguir en el deporte es el amor por el juego y el respaldo incondicional de su familia.
«Los tengo siempre muy presente. La familia aquí es fundamental, mis padres, mi esposa, mis hijos, todos siempre me apoyan mucho», confesó con emoción. En particular, resaltó la influencia de sus hermanos: Yuniesky, el mayor, convertido en un reputado entrenador de bateo en su academia Pina Power; y Lourdes Gurriel Jr., conocido como “Yunito”, quien actualmente juega en las Grandes Ligas con los Arizona Diamondbacks.
Yuli explicó que la conexión con sus hermanos es profunda y constante. «Mi hermano mayor siempre pendiente de mi ofensiva, ayudándome en todo, al tanto de los partidos y de cómo puedo mejorar. Yunito también me ayuda demasiado, un muchacho muy responsable y maduro para la edad que tiene. Siempre estamos muy unidos. Creo que sin el apoyo de la familia hubiera sido muy difícil llegar a donde estamos hoy en día», sostuvo.
La relación con Yunito es particularmente estrecha. Aunque en el campo son rivales, fuera del terreno son hermanos inseparables. «Cuando terminamos los partidos nos comunicamos, hacemos análisis juntos. Somos contrarios aquí en Grandes Ligas pero somos familia igual, siempre estamos muy unidos y en todo lo que yo lo pueda ayudar siempre lo tengo presente. Él también lo hace conmigo y así siempre lo vamos a hacer», afirmó Gurriel.
Hoy, Yuli atraviesa un momento de incertidumbre deportiva. En 2025, con los Padres, bateó apenas para .111 en 16 juegos, con cuatro hits en 36 turnos, tres carreras impulsadas y dos anotadas. Mientras tanto, Yunito, también enfrentando un inicio lento en la temporada, batea para .208 con cinco jonrones y 18 remolcadas. Sin embargo, lo que permanece firme en ambos es el espíritu de lucha, el amor por el juego y, sobre todo, la fuerza de los lazos familiares que los impulsan a seguir adelante.