El 18 de noviembre, en un partido de despedida para el equipo Cuba en el Premier 12 frente a Taipéi de China, un hecho sorprendente marcó la jornada: el lanzador Yoennis Yera decidió salir del juego por voluntad propia después de solo cuatro innings lanzados. La situación, que dejó a muchos sorprendidos, ocurrió luego de que Yera permitiera dos carreras limpias y cuatro imparables, incluyendo hits de Pei-Fong DAI, Kungkuan GILJEGILJAW y Chieh-Kai PAN. A pesar de que su actuación no fue desastrosa, su decisión de abandonar el juego dejó entrever un descontento con el rumbo que tomaba el encuentro.
Yera, quien había sido la figura más destacada de Cuba en la edición anterior del torneo, tras lanzar seis entradas sin permitir carreras contra República Dominicana, era uno de los hombres más esperados para este partido. Su apertura ante Taipéi de China se había anticipado como una de las mejores oportunidades de la escuadra cubana para mostrar calidad en el diamante, tras no haber logrado clasificar a la Super Ronda y haber sufrido una nueva decepción en el torneo. Sin embargo, la actitud del lanzador fue inesperada.
Tras completar el cuarto inning, Yoennis Yera, al caminar hacia el banco, se detuvo frente a la directiva de su equipo y, de manera enérgica, les expresó que no continuaría en el juego. Sin mediar más palabras, realizó un gesto con las manos, señalando que no iba a volver al montículo. Esta actitud sorprendió tanto a sus compañeros como al cuerpo técnico, que no tenía contemplada una salida tan anticipada de su lanzador estrella. El cubano Yusniel Padrón, quien estaba en la banca, tuvo que asumir la responsabilidad de tomar su lugar en el partido.
Aunque la salida de Yera no fue por una lesión, ni por una mala actuación, la decisión dejó ver una postura firme del lanzador, que no estaba dispuesto a arriesgar sus estadísticas en un partido que no significaba nada en términos de clasificación. Para él, lo primordial era cuidar su imagen y no exponer su rendimiento en un encuentro sin repercusiones. Este gesto, sin duda, también reflejó una percepción de desorden y falta de autoridad dentro del equipo, lo que contribuyó a una creciente sensación de caos en la escuadra cubana.
El hecho de que Yera haya decidido salir del juego también pone en perspectiva sus aspiraciones personales. El lanzador de Matanzas sueña con un contrato profesional y sabe que su desempeño en el Premier 12 podría ser una vitrina para lograrlo. En este contexto, su decisión de dejar el juego tras cuatro innings podría interpretarse como una estrategia para preservar su imagen y sus estadísticas, conscientes de que este torneo podría ser su oportunidad para llamar la atención de cazatalentos internacionales.
El episodio también dejó al descubierto ciertas carencias en la estructura del equipo y la falta de control de los entrenadores. La acción de Yera rompió con los planes que la directiva había establecido y evidenció una falta de autoridad en un contexto ya complicado para la selección cubana. Si bien la decisión de Yera fue personal, la situación resalta las dificultades que enfrenta Cuba en la gestión de su equipo en un torneo internacional de gran prestigio.